Perseverancia ante todo
Arturo Quirós Lépiz
Una vez, a un reloj, colgado de una pared, se le ocurrió pensar en los segundos que tenía que recorrer para hacer un
minuto; en las semanas para un mes y en los meses para un año. -Pobre de mí! -exclamó-, un total de más de treinta
millones de segundos para hacer un año-. Aquello le parecía una montaña demasiado elevada para escalarla.
Pero entonces escuchó la voz del péndulo que le dijo con acento firme y decidido: -Tic, tac, tic, tac. Tu estás muy
equivocado. Jamás llegaremos a ninguna parte, a menos que demos un paso ahora y otro después- El reloj entró en
razón y continuó, despreocupado, marcando segundos, minutos y horas y así acumulando días, semanas, meses y al fin,
el año. Al terminar, en el silencio de la noche volvió a escuchar la voz del péndulo que le dijo: -Paso a paso, con
paciencia y perseverancia se puede ascender la más elevada montaña-.
No tenemos, pues, por qué tenerle miedo al mañana. Mientras perseveremos en la vida , mientras mantengamos nuestra
fe en Dios y continuemos así: paso a paso, con la seguridad de que su divina mano lo va arreglando todo para nuestro
bien, sigamos adelante, haciéndole frente al porvenir valerosamente.
Vive tu momento, tu día, tomado de la mano de tu creador.